lunes, 9 de junio de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS

BUSCÁNDOTE


...buscándote,
sí en la arena de tu cuerpo...
la de colinas y hondonadas,
la de fuentes y jilgueros...
la de sombras de ramajes,
la de sol mediterráneo,
la buscada que se busca
buscándose en los que la buscan
para ver si algún reflejo,
algún brillo del agua
apunta un destello de tu cara.

Por eso busca,
y yo busco
en la arena de su cuerpo,
el levante del sol a la mañana,
y el dibujo de tus curvas
que las mareas cambian...
cuando ayer las dibujaban
sobre mis descalzos pies
en la arena de tu cuerpo
otras olas que te enroscana mis playas...

Mar y arena entre tus dedos.
Dedos de mar y arena
sobre mi borrado nombre
que ayer escribí en la arena,
y que las olas tacharon
en la arena de tu cuerpo.

Cuando, es cierto,
yo, sólo, te buscaba...

(27.07.007)

domingo, 8 de junio de 2008

DE POEMAS Y HOY DEMÁS

DE “HISTORIA DE UN DEICIDIO”

"ESCRIBIR novelas es un acto de rebelión contra la realidad, contra Dios, contra la creación de Dios que es la realidad. Es una tentativa de corrección, cambio o abolición de la realidad real, de su sustitución por la realidad ficticia que el novelista crea. Éste es un disidente: crea vida ilusoria, crea mundos verbales porque no acepta la vida y el mundo tal como son (o como cree que son). La raíz de su vocación es un sentimiento de insatisfacción contra la vida; cada novela es un deicidio secreto, un asesinato simbólico de la realidad.Las causas de esta rebelión, origen de la vocación del novelista, son múltiples, pero todas pueden definirse como una relación viciada con el mundo. Porque sus padres fueron demasiado complacientes o severos con él, porque descubrió el sexo muy temprano o muy tarde o porque no lo descubrió, porque la realidad lo trató demasiado bien o demasiado mal, por exceso de debilidad o de fuerza, de generosidad o de egoísmo, este hombre, esta mujer, en un momento dado se encontraron incapacitados para admitir la vida tal como la entendían su tiempo, su sociedad, su clase o su familia, y se descubrieron en discrepancia con el mundo. Su reacción fue suprimir la realidad, desintegrándola para rehacerla convertida en otra, hecha de palabras, que la reflejaría y negaría a la vez.Todos los novelistas son rebeldes, pero no todos los rebeldes son novelistas. ¿Por qué? A diferencia de los otros, éste no sabe por qué lo es, ignora las raíces profundas de su desavenencia con la realidad: es un rebelde ciego. La demencia luciferína a que lo empuja su rebeldía -suplantar a Dios, rehacer la realidad-, el carácter extremo que ésta adopta en él, es la manifestación de esa oscuridad tenaz. Por eso escribe: protestando contra la realidad, y, al mismo tiempo, buscando, indagando por esa misteriosa razón que hizo de él un supremo objetor. Su obra es dos cosas a la vez: una reedificación de la realidad y un testimonio de su desacuerdo con el mundo. Indisolublemente unidos, en su obra aparecerán estos dos ingredientes, uno objetivo, el otro subjetivo: la realidad con la que está enemistado y las razones de esta enemistad; la vida tal como es y aquello que él quisiera suprimir, añadir o corregir a la vida. Toda novela es un testimonio cifrado: constituye una representación del mundo, pero de un mundo al que el novelista ha añadido algo: su resentimiento, su nostalgia, su crítica. Este elemento añadido es lo que hace que una novela sea una obra de creación y no de información, lo que llamamos con justicia la originalidad de un novelista!". (Mario Vargas Llosa)