viernes, 21 de marzo de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS...

SI LO LLAMASES, SI…

Si al sexo llamases, y no me vieras desnudo…
abre estrellas y cierra del todo la luna…
La luz no dibuja tu voz,
ni mi cuerpo se estira al infinito
haz de rayos llegados de tu espacio…

Esfinges silentes buscadoras
trepan por las escalas del cosmos.
Y en cada titilante punto,
tus senos,
se aduermen,
recostadas en las puntas
deseables de tu cuerpo,
deshojado…
Estrellas de un cosmos, en tu cuerpo
dibujadas…

Los árboles pintan
jardines de hermosura y
dejando van sus hojas
desnudándose…
Haz de tu desnudo
escudo de mis cerradas ventanas.
Que el viento no se adentre
donde sólo los dedos son
teclas escritoras
de tu voz llamando al sexo…

Y una tecla, colgándose, quedóse
de tu pezón dormido
en una de mis teclas…

No quiero, no…
volver escribiendo
sobre el rígido pezón,
olvidado.

Queda su oscura mancha
esperando.
Sencillamente esperando
la cultura de mis dedos
sobre tus pechos,
temblando…
jm.
21.03.008 / 23:15

martes, 4 de marzo de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS...

CUANDO A TUS MUSLOS

Cuando a tus muslos me arrimo,
y tiemblan de amor tus muslos…
ese murmullo que empiezan
en su roce, y se hablan…
enordecido me tienen
tus muslos cuando se hablan…
verdes de aguamarina
en las arenas tostadas…
¿Qué dicen, dime, tus muslos
cuando tú dices que hablan,
en una lengua de tactos
que a veces tanto se alargan,
tanto y tanto y tanto, leves,
que parecen crecer en un verdor
de esmeraldas…
¿No será esa paleta de azul
y verde esmeralda
que no quiere cubrir tus muslos
pero tú sí que lo quieres
y nos castigas la estampa de tus muslos
llenos de agua?…
Muslos, piernas en arco de Hércules,
sostenidas en el agua
para sujetar dos mares
que se buscan y se aman,
allá por las dos orillas
al sur de tu piernas blancas,
como la arena canosa
que por canosa te sigue,
y dos mares que son vivos
embisten enfurecidos,
donde la Europa de Sur
te está esperando desnuda…
para que tus muslos sean
muslos que se separan…
se juntan y se separan,
pero su funden arriba
en ese arco de oro,
gruta de las esmeraldas,
y arco de triunfo en tu vientre
para que crezcas al alba
y, mañanero, un rocío,
el tuyo, que se escapa,
hasta la mar se derrame…
Peces que están ansiosos
de ese momento del alba
para sorber tu rocío
que nos sostiene flotando
en este mar silencioso
que, silenciosos, te aguarda…

He mirado tu abertura
y me enamoré del aire
que dejan libre tus muslos
cuando se abren…

jm.-