domingo, 23 de noviembre de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS...

EN REPOSO…

17.01.008 / 17:08




Reposo. Cama. Silencio.
Penumbra por las ventanas.
Dormido cuerpo en reposo.
Silencio.
Planetas girando extraños.
No turban, sí calman
pulsos que se alteraran
un antes…
Un vago vagar de nubes
gira por su cabeza
inclinada, en el reposo…
Astros asirios, persas,
faraones de la casa
resuelven sus jerolíficos
leyendo quemadas páginas
de su “Libro de los muertos”.
No es mortaja para el cuerpo
en reposo…
Nada de los egipcios
se aroma en muerte
aquí dentro…
en la penumbra de alcoba,
para este cuerpo en reposo…
ni cocodrilos del Nilo
dejan brillar sus dientes:
¡es otra vida, más Vida,
girando por su cabeza,
en su almohada reclinando!…

Galopan mil caballistas
entre sus dunas cambiantes
con esos dedos de sol,
entre penumbra, alumbrando
el lugar de lo que sueña…
Apagan los milenarios magos
sus lámparas de aceite virgen
y embadurnan, suaves,
los miembros dormidos, laxos…
En ese sueño de nubes, de
giros de extraños astros,
asirios, persas, egipcios…
los costillares se duelen
sin dolor en los ijares…
¿Añora el anterior instante
en que saltase de gozo,
retorcida en sus curvas de
serpiente enroscándose?...

Todo traza sus curvaturas
de astros en su cabeza…
Reposa el cuerpo gozando,
gozándose de su gozo.
El gozo que antes tuviera
y a este reposo llevare.
Y el gozo que ya le espera
cuando se caiga el sol
esta tarde…


jm.

sábado, 1 de noviembre de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS...

JAPAN IS THE SUN…



Mujer en la mañana. Cuado despierta el amor.
¡Despierta tu deseo… despierta, abre el jardín!
Que salga el aroma al viento…
Y esparza flores de amor
ese jardín de tu tela,
ese jardín de tu cuerpo
que está temblando de amor…

¡Y esa dejadez como si de rosa roja cansada
que tu mirada refleja!...
¿O es ese descanso de tu despertar al amor?
¿O acaso saboreas que se acerca tu mejor Mañana?
El brillo de tus labios ya te delata…
¡no yo!

Asoma tu muslo, Sol Naciente, como un rojo amanecer…
¡Eres tan linda flor de loto en los pétalos de tu florido estar!
Bella flor de seda en reyerta con esas telas de un Oriente,
que, si Lejano, tú lo acercas…

Déjame comer de esos muslos la suavidad del paladar:
mi férvida boca se suaviza con sólo el tacto
de tus piernas de sedas vírgenes…
¡aplacas toda fiebre de lujuria
en lujo de hermosos muslos,
como de agua, como de aire,
como de soplo, como algodón…!

Delicadísima flor templada, en ese jardín lujoso…
Muestras tu finura enmarcada por más flores…
Ese dedo, como si dejado,
esa boca como si abierta,
esa lengua que probar quiere…
los sabores de tu flor y el tacto
sutil en tu seno, enajenado…

¡Cuán bella en tu dejadez de recostada flor,
dejando que tu capullo reviente en pétalo rosado
regando todo tu jardín!
¡Qué piel de rosa pálido,
qué boca se abre en tus delicados dedos
tan mimosos con tu preciada flor
que habla en una lengua que sólo sabes tú!

¡Ya rezumará tu tallo con aceites de Oriente!
Y buscará dónde dejarse la savia…
¡Cómo lo cuidas, jardinera… como un niño
que, mimoso, caricias húmedas te pidiera.
Tú… ¡mi roja flor del Lejano Oriente!

…y así se acreció tu tallo: estampido en flor…
rojo en tu vestido, roja tu boca de flor…
rojo tu pezón oculto, acariciado, y
rojo en calentura tu largo sexo en flor.
¡Rosa del Sol Naciente!
¡Aurora de la mañana!
¡Atardecer de tu cuerpo!
¡Rojo gemir de tu boca!

* * *

22.10.2008 / 22:14 jm.chema

domingo, 26 de octubre de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS...

AMÁNDOTE ME CONSUMO




18.05.007
Amándote me consumo,
y en este consumir vivo muriendo
muriendo, amor, que es Vida
que tú me das con sólo
existiendo,
recordando tantos sabrosón fragmento
de tu divino cuerpo...

Ahí es donde moro,
Amor,
con tu cariño... cuando tan sólo es
una mirada tuya ...
¡me elevas a bella criatura
no siendo yo más
que imagen de ti
en un espejo!…
cualquier rincón que en ti guardases
fueme descubierto
y aproveché un tu descuido
para verte
y en tal recodo yo quedarme
...y viéndome en él
enamoréme
y cual Narciso besé
aquella imagen
¡curioso camino del destino!
besándote, no sé por qué
besándome a mí mismo
en ese espejo estaba...
Gemela alma y carne mía
se amolda a tu cuerpo soberano
la pobreza de mi cuerpo
que te adora
y se acopla a los pliegues de tus poros.
Amando mi gemela carne
comida suculenta de mi sexo
me acrezco en tu mirarte
y tiemblo de deseo, si me miras.


Si de repente, amante, yo tu boca te mamara…
te sorbiera tu empapada lengua ansiosa,
como es ella, cuando lo desea…
me metería adentro de tus dientes,
y el paladar entero lo absorbiera…

jm.-

sábado, 4 de octubre de 2008

PICASSIANA

PICASSIANA


LOS COMENSALES AÚN NO HABÍAN ENTRADO


Las sillas se sentaron alrededor de la mesa.
Y los floreros alzaron, muy dignos, sus copas.
Las velas, con un chispazo,
brindaron con luz la alcoba.
Y los cubiertos gritaron
que no querían más sopa.
Sobre el mantel se escanciaron
los vinos de la bodega.
En sus polvos, un piano
despertó con teclas blancas,
y escribió el menú con notas negras.
Las cortinas ni se movieron.
Pero todos los cristales
abrieron sus ventanales
al jardín, banquero de flores…

*

Estábamos tú y yo (¿quiénes?)
desnudos sobre una sábana tersa.
Cuando el reloj dio un ronquido,
y hasta tres con un respingo,
estaba arrugada la ropa
en la cama,
y unas gotas de rocío
(¡era ya en la madrugada!)
sembraron todas tus tres macetas,
y se abrieron por ser bocas.
Mil caballos sudorosos
a la cuadra se encerraban.
Y en ese como olor de yegua
galoparon tus dos tetas.
La cola de mi caballo
se atravesó en la puerta
de la cuadra de tu yegua…

Y todas las caballerizas
formaron diez mil puertas
en un arco de herradura
para asomarte sin yegua,
sin bridas, frenos, ni espuelas…
sin andante caballista,
que su garrocha perdiera
en el polvo del camino,
y a la cuadra de tu yegua,
solo, se venía…
¿Tenías turbios los ojos,
o entrecerrados de ensueño?

*

Luego, las servilletas
y el mantel al rojo vivo de una botella vertida
recogieron las viandas
antes de venir de cocina…
Las sillas se levantaron.
Se encendieron los floreros, rosas.
Dos lágrimas cayeron en las velas esbeltas,
y los cubiertos callaron ante la enfriada sopa.
El piano se durmió.
Y un viento correr hacía las pesadas cortinas
del balcón… y
cerraron su cristal las puertas…


*

Tú y yo (¿quiénes éramos, fuimos, somos?)
abrazados, rodamos la cama abajo…
Y una gota de rocío
blanco en tus labios…
¡lo juro!
se dormía,
arriba,
en la almohada
de tu cuarto…

jm.-


22.02.008 / 23:30

jueves, 11 de septiembre de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS

MUSLIFICANDO

En homenaje a Gonzalo Rojas por su Poema sobre “Muslos”, una doble gloria del Universo: el Poema, y los Mulos reales de un cuerpo adorado. Gracias, maestro del suculento banquete de la Vida… que hay que disfrutar en toda su Belleza: Tú, siempre.)


DEL SENTIDO
Muslo lo que toco, muslo
y pétalo de mujer el día, muslo
lo blanco de lo traslúcido, U
y mas U, y mas y más U lo último
debajo de lo último, labio
el muslo en su latido
nupcial, y ojo
el muslo de verlo todo, y Hado,
sobre todo Hado de nacer, piedra
de no morir, muslo:
leopardo tembloroso.
(Gonzalo Rojas)


17.01.008 / 01:05

¡Aquellos muslos bellos,
curvados horizontes de una tierra
que, si fértil, por su semilla
lo fueran!

¡Aquellos que en lejanía
el sol naciente anunciaran;
en la lujuriante caída
del sol
una oscuridad pintaran!

Noche de plenilunio anunciando,
amanecer de rojo, púrpura encendida
anunciaran…

Allí, en la noche y el día,
que anuncian cada jornada,
a dormir en ellos voy,
de dormir en ellos vengo…

¡Esas barcas en que bogo, solo,
cuando es de día…
al galope en cada uno,
montando,
vengo, mi vida.

Y entre mis piernas de tronco
otro tronco abrazo, vida,
y remo con mis dos brazos
sobre tu quilla abrazado,
sintiendo que sube el agua,
y la temperatura
no baja
¡que sí se acrece, mi alma,
cuando en tus muslos cabalgo!

Mojas mi temperatura
con un fluido que emana
de entre tus muslos,
mi vida…
que se me viene
en resbalo
desde “ese tu sitio”,
secreto,
mi vida…

¡No quiero, no…
que no quiero…
que se me escapen tus muslos
cuando los monto, mi vida!…
¡Que quiero que me conduzcan
en las riberas del río
que de tu entraña naciendo
desciende, grumoso,
mi vida!…

Y en ellos, montando
a horcajadas,
voy con ellos bogando…
y entrando así en tu vida
llenándome de tus ríos
en cuya fuente bebí…
¡cielos! un día
cuando se marchaba ya el sol…
y es que el sol
entre tus muslos de oro
se escondía,
nacía,
crecía,
subía,
templaba la ruda tierra,
rocas derritiendo,
y cordilleras en punta
erizando,
su angosta sombra
de noche
con ese sol de acrecía…
brillando entre tus piernas
como un lirio
de pronto nacido,
sin anunciarse siquiera,
en la volcánica lava de tus
volcanes
brotando,
por su boca
derramando
un derroche de lujuria,
como el cosmos
cuando funde,
sin saberlo,
dos moléculas…
dos núcleos atómicos
tan fundidos
que el universo se estalla
y crece de nuevo un mundo
que tú y yo, bogando,
como lo estoy,
sobre tus muslos,
también estalla…

Lo bautizamos con nombre
de Amor en el Universo…
Paraíso sin sombra
(¡perdón, Aleixandre!)
Porque tus muslos,
mi vida,
son el Sol
que adoramos
por ser de oro su luz,
por cegar mis tristes ojos
no viendo más que tu fuego
en unas zarzas ardiendo…
No eres el Dios
que no creo…
Pero eres mi dios pleno de muslos
sagrados
donde cobijo mi amor
donde me acoges,
amor,
donde te habito,
amor,
donde contigo bogo
mi capitana
de hermosos navíos,
amor,
mis dos troncos
donde cabalgo
y cabalgo,
y sigo al galope,
y cabalgo,
amor…

¡Eso!
Y mucho más infinitos…
tus dos muslos,
amor…
¡tus dos muslos preciosos
oro puro,
carne mullida
como un dulce lamento,
mi amor,
cuando mis labios los besan
besándote así,
a ti:
Mi amor.

jm.-

jueves, 14 de agosto de 2008

DE POEMA Y DEMÁS

ANTES DE QUE EL SOL CAIGA


Antes de que el sol caiga,
y la estrellas se enciendan
en éstas tan largas noches…
díle a la luna que venga
con su vapor de las nubes,
aire helado de un respiro,
niebla de las ubres altas,
y su vestido de blanco
te abrigase del cielo raso
y piense que recordaba tus pasos
cuando tus dos palomas,
pies de vuelo tan raudo.
suenen aquí en mi puerta
que tan sola se ha quedado
cuando tan lejos te fuiste…


09.10.2007

DE POEMAS Y DEMÁS

ANTES DE QUE EL SOL CAIGA



Antes de que el sol caiga,
y la estrellas se enciendan
en éstas tan largas noches…
díle a la luna que venga
con su vapor de las nubes,
aire helado de un respiro,
niebla de las ubres altas,
y su vestido de blanco
te abrigase del cielo raso
y piense que recordaba tus pasos
cuando tus dos palomas,
pies de vuelo tan raudo.
suenen aquí en mi puerta
que tan sola se ha quedado
cuando tan lejos te fuiste…


09.10.2007

sábado, 19 de julio de 2008

OTROS POEMAS Y YO

ALGO DE MIS SENSACIONES CON LOS POETAS


POEMA 1


Las ascuas de un crepúsculo morado
detrás del negro cipresal humean...
En la glorieta en sombra está la fuente
con su alado y desnudo Amor de piedra,
que sueña mudo. En la marmórea taza
reposa el agua muerta.

(A. MACHADO. "SOLEDADES". XXXII)


... Y me quedo oyendo a los colores apagarse. "Todas las tardes el cielo será azul y plácido / y se quedarán los pájaros cantando" (Juan Ramón). Que no aquí. Donde, mudo, en piedra, con ansias de vuelo demasiado cargadas de mármol o granito humano sus alas ideales, en anochecer solitario, un Amor que fue (¿y quién no se siente protagonista de un amor que fue...?) se asoma sin mirar (es ciego, como Homero y Borges, y Piero della Francesca, y el primer amo de Lazarillo, y Estrella, al que le sobra el nombre antepuesto de Max...): ¡el Amor, en estatua de aburguesado panteón sobre lápida de mármol!

Yo tengo una historia así... ¿quién no? Y al abrir a Machado en esta "soledad"... toda una adolescencia adorada y silenciada post mortem real de “mi amor” se asoma a esta bellísima estampa, hoy otoñal, que ayer juvenil de estreno... mas, con hachazo cruel, desparramada: "¡Oh Hado executivo en mis dolores! / ...Cortaste el árbol con manos dañosas, / y esparciste por tierra fruta y flores". Dice en escalofrío el poeta de la Corte Imperial, que se enamoró en un viaje en busca de una novia para el César Carlos, y encontró la suya, y con ella se vino cabalgando vigilante, cumpliendo órdenes de todo un Emperador...


Escrito está en mi alma vuestro gesto
y cuanto yo escribir de vos deseo:
vos sola lo escribistes, yo lo leo
tan solo que aun de vos me guardo en esto.


Dicen que esto escribió después de aquella cabalgada junto a ella... Y terminó confensando lo que, seguro, el César Carlos no fue capaz de decir a su novia que iba para emperatriz:



Por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.


¿Puede haber mayor declaración de amor? Toda la razón de la vida del poeta toledano es ella. Nace y se mantiene en la vida por ella. Languidece o muere mientras vive hasta que llegue el momento de morir... por ella.

Y se me irán durmiendo los dedos de tanto acariciarte en lo oscuro, donde la Nada se extiende, reina de sombras soñadas, y mudas... sin alas para elevar sobre cipreses el cimbreante símbolo danzarín de la Muerte... ¡Oh Danzas medievales!... ¿Será por eso por lo que tanto gusto de sus ramas en pirámide? ...

Nazarenos los colores de la tarde. Como el sagrado cíngulo que dora la túnica sacralizada en una procesión del Sur caliente. Cárdeno el morado. Reo de muerte el Nazareno, con negro cipresal en primer plano...

"Humean"... como del sensual Amor de gordezuelos labios, clavel temprano, Góngora en arrebatada pasional Córdoba pintara, mejor y antes que el oscuro tejido o piel agitanada ("cobre amarillo") Julio de Torres, Romero ("ser en la vida romero...") pintara.

Premonición final de Don Luis, tan perseguido, y con tan alto castellano en su pincel de letra alcanzado, pesimista barroco dijera "se vuelva" tal alta y altiva belleza "en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada".


Con ella siento los colores hasta en blanco y negro, o sepia. No está el color en la retina (es casi accidente ocular de refracción: blanco, resumen giratorio de los siete reyes del color) sino "en lo que pone el alma, si es que algo pone"...

¿Quién pudiera, dioses del Olimpo, pintar todos los colores resumidos en un blanco y negro sin figuras ni pasos fronterizos ni fronteras delimitadas por voluntarista trazo de lápiz sobre plano?

Si en la Materia, o Natura, nada desaparece, ni se destruye, sino se transforma... ¿te encontraré formando átomo en una porción-molécula de la nueva sustancia en que fuimos, separadamente, convertidos? ¿Y qué mensaje, email, irradiaré cuando te sienta en fusión para dar abertura a otra forma de vida donde, circunstancias de los viejos accidentes aristotélicos como figura, color, cantidad, etc., cambien, pero sea la misma fuerza cósmica que un día fundió tus accidentales pero oceánicos azules ojos con mis breves rojos labios, porque la Materia, de la que somos parte indestructible pero cambiante, siempre tenderá a fundirse en la espaciosa extensión del Universo en marcha?


Te buscaré ya sin velos ni tapujos en el aire que mueve ala delgada de mirlo, o en el soplido sonoro del viento al otoño, o en la mesetaria cepa a punto de ser cortada por humana mano, que en esta dimensión encontré atrayente mientras te esperaba con la próxima piedra, como canto rodado del camino...

Oscuros poetas árabes vienen con sus potros cantando...
Me fue otorgado el don de la Palabra. Y pude nombrar los seres con el designio de la palabra recibida.



___________________

domingo, 13 de julio de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS...

PASOS DE MUJER…

…que camináis por verdes zonas del recuerdo…
y dejando vais húmedas huellas de pisadas amadas…
quedas, aladas, leves, volando, remontadas
hasta el rincón de musgo del recuerdo…
verdín del pozo blanco donde la Palabra
se hizo hueco horadado en su persona…
pasos que, paso a paso, pasáis pasando,
repasando tanto paso paseado por el paso
de la memoria que sus recuerdos guarda,
y en ella, mezclados, aquellos pasos que
sus húmedas huellas paseadas dejaron…
¡Pasos de Mujer… cuán bellos cuando
dejan noticia del peso que soportan
y dan así longitud medida de su cuerpo!
Pasos que por encima me pasáis dejándome marcado…
Pasos, silentes, procesionales, de descalzado pie,
desnudo pie, poroso pie, táctil pie, moldeable
pie en pasos de mujer… ¡Esos! … pasos de Mujer.
¡Qué MUJER!

jmmb.- 05.11.005 / 21:25




Eso. “Pasos de mujer” que me llevan al recuerdo… ¿de qué? ¿qué recuerdo fue que tanta huella ha dejado?... Pasos que hoy vais al mundo del recuerdo y al pasar os mezcláis con la huella que dejasteis entonces… ¡Qué bellos, secretos, sensuales sois! ¿Y qué Mujer eres tú, la de los pasos?...

Pasos que me lleváis a un pasado de hace tiempo. Pero dejó su huella, como ese pie que pisa en arenas humedecidas… Por eso el musgo, el verdín… tiempo acumulado en soledad, no exenta de frescor que reverdeciendo refresca los recuerdos en el pozo de la memoria recogidos… y allí donde anida la Palabra que encarnóse en esa misteriosa persona… pero ¿quién es?...

No anda lejos de acá Juan Ramón… “¡El pozo!... Platero, ¡qué palabra tan honda, tan verdinegra, tan fresca, tan sonora! Parece que es la palabra la que taladra, girando, la tierra oscura, hasta llegar al agua fría.” Taladró, sí la Palabra del poeta y buscóse hueco en tal persona… Y esos pasos que caminan por el recuerdo lo acercan a su semillada Palabra, guardada en el hondón…

Todo el poema juega con una figura retórica que parece muy de su gusto, por lo hallado en otros poemas de ese Poeta, cuya voz habla en el Poema. Deliberadamente, diría yo, escogida. Para dar vueltas y vueltas sin salir del entorno quedo y bellísimo de una tan sencilla estampa, cual es el simple recuerdo que unos “pasos de mujer” despiertan desde un ayer adormecido al hoy de despejada lucidez. Su nombre técnico es “poliptoton”… Y no es más que una especial anáfora o repetición, más barroquizante que la simple duplicación: la palabra que se reitera está conjugada en múltiples funciones y relaciones semánticas; con ello no hace sino abrir nuevos horizontes al lector… ¡Hasta 20 veces se distribuye por los versos del Poema: “pasos, pisadas, pasáis pasando, paso paseado por el paseo, pasos que pasáis, pasos silentes de descalzado pie …”. Algo similar se emplea con la otra palabra clave que cimenta el Poema: “recuerdo”… que se hace, en acorde con los “pasos”… “recuerdo, huellas, repasando, memoria, noticia, marcado”…

La lujuria verbal se acumula avasallando en esta semiestrofa:


Pasos que, paso a paso, pasáis pasando,
repasando tanto paso paseado por el paso
de la memoria que guarda sus recuerdos,
y en ella, mezclados, aquellos pasos que
sus húmedas huellas paseadas dejaron…


Góngora y su precepto se imponen: “no nombrar la cosa por su nombre, sino con un rodeo que juega en espiral”. No ha querido este Poeta que comento citar el nombre dado ¡tan sencillo!: “volvéis a repasar ese pasado”. Pero esta forma literaria, verdadero lenguaje literario y exclusivo del Poema, con sus circunloquios y espirales hace que el lector desande el camino y se involucre en los recodos de la memoria de la voz poética… El Poeta quiere complicidad. Y somete al lector a ese túnel de vocablos que suben entrelazados como volutas de humo de un saumerio o un incensario… ¡ahí están, casi al final, esos “pasos silentes, procesionales de descalzado pie, desnudo pie”…!

Pasos recorridos que a ti, Mujer, me llevan, pasos que a su ritmo sigo por el camino que serpentea en mi memoria… Pasos que me llevan a esa Palabra recobrada a pesar del tiempo acumulado, musgo y verdín, que, como sombra invernal en la selva poderosa, encima se me cae y me cubre… Pasos pisando mi vida como las verdes uvas otoñales en el lagar de la memoria… ¡Tanto habéis pasado sobre mí que horadada habéis dejado mi memoria!

Pasos de procesión, de pie tan bello y que es imagen, icono diminuto de esa tan bella Mujer… Y ese vino o mosto estrujado, chorreante, de imágenes vividas en la realidad que fue un tiempo atrás y es ahora puro recuerdo posado en el fondo del vaso. Pasos que son fotos de una tarde al lento paso de un río casi inmóvil, una palabra mezclada con el crujir de aquellas hojas traídas por un viento, aquella sonrisa bajo el árbol ya vestido de sus verdes, la bella mirada de animal recién cobijado, esa perdida mano tendida que se apretó a mi cintura sorprendida, una boca humedecida en la tibia mañana de un mayo inesperado que tanta flor y aroma trajo…

Y de conformidad con la palabra clave del Poema, éste no tiene una construcción sintáctica según orden lógico. No hay una oración gramatical terminativamente construida. El mismo título se mete en el interior de los versos. Pero no es ni sujeto ni complemento… Porque se trata de una verdadera, total y completa evocación, muy en línea con el recuerdo aflorado, el recuerdo buscado, el deleite de haber visto cómo la memoria se abre paso ante los “pasos de mujer”. Por un momento, cuando asoma el detenimiento en la belleza de esos pies, clara sinécdoque de la Mujer…( “¡Pasos de Mujer… cuán bellos cuando dejan noticia del peso que soportan…”) parece que la construcción sintáctica va a remontar el vuelo imponiéndose al derroche de tanta palabra descriptiva, evocativa. Pero no es más que espejismo gramatical. Porque, incluso los cuatro versos de cierre no tienen un solo verbo. Seguimos en la rememoración de un algo que debe de ser muy caro a esa voz poética, y ¡cómo no! muy recordable, familiar para ese tú que se esconde tras los pies o que éstos sobrellevan encima de sí… Ése es el valor de la sinécdoque: escoger un algo donde la atención se imanta y aflora mejor la visión del objeto-sujeto amado.
Para aclararme yo mismo me detengo en la forma elegida… “pasos que camináis… hasta”… “pasos que repasando”… “pasos cuán bellos”… Ni una oración principal: todas subordinadas, cuando se dan… como si se fragmentara la escena tal como nos sucede cuando los recuerdos afloran en la memoria despierta


Pero aún hay una húmeda sensación plena de sensualidad… pero no exenta de gran carga de delicadeza que hace más tierno el poema… Por lo menos seis, siete veces aparecen referencias a lo húmedo. Y decir humedad es decir frescor, y sombra, jugosidad… y todo este paradigma de palabras con un común significado, en un poema evocativo de una Mujer ponderada en su belleza (el verso final no deja dudas:”¡Qué MUJER!”) confiere esa completa sensualidad erotizante al Poema, y le da ese aire de decir más de lo que las palabras parecen expresar… Entonces, los repetidos “pasos” cobran otra dimensión… se hacen recorrido, no sólo de un tiempo remoto sino de una situación de pasional fusión. Y así permiten interpretar ciertos sintagmas que podrían haber parecido antes puros adornos… “húmedas huellas de pisadas amadas… hasta el rincón de musgo… la palabra se hizo hueco horadado en su persona… aquellos pasos que sus húmedas huellas plasmadas dejaron…cuán bellos cuando dejan noticia del peso que soportan y dan así la longitud medida de su cuerpo… pasos que por encima me pasáis dejándome marcado… pasos de descalzado pie, desnudo pie, poroso pie, táctil pie, moldeable pie en pasos de mujer… ¡qué mujer!”… ¡Cuánto primor de lo cotidiano!

Decididamente, no es poema evocativo del pasado, sino de un pasado pleno de gozo sensual, enamorado, amado, añorado, recordado, hasta en minúsculos detalles, vivencialmente.

17.02.2006 / 19:53
jm.-

lunes, 9 de junio de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS

BUSCÁNDOTE


...buscándote,
sí en la arena de tu cuerpo...
la de colinas y hondonadas,
la de fuentes y jilgueros...
la de sombras de ramajes,
la de sol mediterráneo,
la buscada que se busca
buscándose en los que la buscan
para ver si algún reflejo,
algún brillo del agua
apunta un destello de tu cara.

Por eso busca,
y yo busco
en la arena de su cuerpo,
el levante del sol a la mañana,
y el dibujo de tus curvas
que las mareas cambian...
cuando ayer las dibujaban
sobre mis descalzos pies
en la arena de tu cuerpo
otras olas que te enroscana mis playas...

Mar y arena entre tus dedos.
Dedos de mar y arena
sobre mi borrado nombre
que ayer escribí en la arena,
y que las olas tacharon
en la arena de tu cuerpo.

Cuando, es cierto,
yo, sólo, te buscaba...

(27.07.007)

domingo, 8 de junio de 2008

DE POEMAS Y HOY DEMÁS

DE “HISTORIA DE UN DEICIDIO”

"ESCRIBIR novelas es un acto de rebelión contra la realidad, contra Dios, contra la creación de Dios que es la realidad. Es una tentativa de corrección, cambio o abolición de la realidad real, de su sustitución por la realidad ficticia que el novelista crea. Éste es un disidente: crea vida ilusoria, crea mundos verbales porque no acepta la vida y el mundo tal como son (o como cree que son). La raíz de su vocación es un sentimiento de insatisfacción contra la vida; cada novela es un deicidio secreto, un asesinato simbólico de la realidad.Las causas de esta rebelión, origen de la vocación del novelista, son múltiples, pero todas pueden definirse como una relación viciada con el mundo. Porque sus padres fueron demasiado complacientes o severos con él, porque descubrió el sexo muy temprano o muy tarde o porque no lo descubrió, porque la realidad lo trató demasiado bien o demasiado mal, por exceso de debilidad o de fuerza, de generosidad o de egoísmo, este hombre, esta mujer, en un momento dado se encontraron incapacitados para admitir la vida tal como la entendían su tiempo, su sociedad, su clase o su familia, y se descubrieron en discrepancia con el mundo. Su reacción fue suprimir la realidad, desintegrándola para rehacerla convertida en otra, hecha de palabras, que la reflejaría y negaría a la vez.Todos los novelistas son rebeldes, pero no todos los rebeldes son novelistas. ¿Por qué? A diferencia de los otros, éste no sabe por qué lo es, ignora las raíces profundas de su desavenencia con la realidad: es un rebelde ciego. La demencia luciferína a que lo empuja su rebeldía -suplantar a Dios, rehacer la realidad-, el carácter extremo que ésta adopta en él, es la manifestación de esa oscuridad tenaz. Por eso escribe: protestando contra la realidad, y, al mismo tiempo, buscando, indagando por esa misteriosa razón que hizo de él un supremo objetor. Su obra es dos cosas a la vez: una reedificación de la realidad y un testimonio de su desacuerdo con el mundo. Indisolublemente unidos, en su obra aparecerán estos dos ingredientes, uno objetivo, el otro subjetivo: la realidad con la que está enemistado y las razones de esta enemistad; la vida tal como es y aquello que él quisiera suprimir, añadir o corregir a la vida. Toda novela es un testimonio cifrado: constituye una representación del mundo, pero de un mundo al que el novelista ha añadido algo: su resentimiento, su nostalgia, su crítica. Este elemento añadido es lo que hace que una novela sea una obra de creación y no de información, lo que llamamos con justicia la originalidad de un novelista!". (Mario Vargas Llosa)

martes, 13 de mayo de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS

COMO LOS CÁNTAROS


(27.07.007)


Así como los cántaros, amor, así…
que si los vuelcas se derraman,
llenos que van de fina aguja de lluvia,
agua pura y transparente que el lobo bebe,
y sacia su sed el cóndor en rasando su vuelo…
y el ciervo abreva,
y su belfo caliente la tierra mojada toca
el caballo grande, que no quiso el agua…

Así, amor, como los cántaros, así…
va derramándose el aguacero de tormenta
que vida de Amor llamamos…
cuando me vuelcas sobre ti para mirarme
por dentro, mi amor, por dentro…
y tu vestido de Amor, mi amor, se empapa…
así del Amor…

Es mi desnudado interno que siempre
en mis aguas buceas, agujas de lluvia,
que sobre ti se derraman
cuando tus bellos ojos abiertos
mirando me miran por dentro…

¿Será quererte tanto y tanto
que no un amor de escritura,
que sí se hace Palabra el Amor,
carne que es, y bullente…
y así te llega lloviendo…
lloviéndote Amor que empapa…
tormenta que me atormenta
como un tormento de agua,
que llueve y fluye y llueve …
mientras llueve llorando mi amor?

Así como los cántaros, amor…
así va llorando el cántaro de mi amor…
dulce o mansa agua que se derrama,
como se desparraman los cántaros, amor,
cuando los vuelcas para mirarlos,
o para beberlos hasta su fondo, tú, amor…
mas no por triste silencio, ni soledad de
marchitado corazón:
no llora, que canta…
como cantan los cántaros, amor…



“Cantan, cantan y cantan…
¿dónde cantan los pájaros
que cantan cuando cantan, mi amor,
de Amor”? (1)

*

(1) De un arreglo sobre Juan Ramón Jiménez.


Jm.-

martes, 15 de abril de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS...

AL RECOSTARME


(Creo que estoy ya en la plenitud del verso)



02.02.008 / 0:12

Cuando en tus muslos me acuesto,
sueño esa noche con nubes,
y una inmensa luna blanca
que asombrándose nos mira…
abriendo mucho sus ojos,
esas sombras de sus dunas,
que se acrecen, cuando
mirando, cuanto ella
gozar no puede…

Se va alejando a su norte.
Fría luna impasible
sin viento que mover la pueda
girar su cabeza fija.
¿Pero nos está mirando, amor,
o es una estatua de hielo
en la infinita quietud
de un astro fijo sin luces?

Le aguardan otros luceros
que irán cerrando sus párpados,
y se cubrirá velándose
bajo un encaje de nubes…

jm.


Luz hay en el poema. Y ceguera fija de un frío astro en la infinita soledad de un Cosmos que no palpita… Parece, por un momento que se nos quedó mirando… Es sólo satélite en giro, y sorprendimos su rostro en la elíptica de su órbita…
Cuando tú y yo nos abrazamos, brazos con muslos pegados, ella pasaba entonces en la vertical del sexo, aquí abajo, apretado.
¡Cuántos millones de millas, cuántas millas de millones nos separaban de su paso! Sólo cayó en nosotros un espejo reflejado de una luz inconcreta... cuando me acostaba en tus muslos, lechosos en su blancura, y hermosos de blanca y luminosa carne espesa.

viernes, 21 de marzo de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS...

SI LO LLAMASES, SI…

Si al sexo llamases, y no me vieras desnudo…
abre estrellas y cierra del todo la luna…
La luz no dibuja tu voz,
ni mi cuerpo se estira al infinito
haz de rayos llegados de tu espacio…

Esfinges silentes buscadoras
trepan por las escalas del cosmos.
Y en cada titilante punto,
tus senos,
se aduermen,
recostadas en las puntas
deseables de tu cuerpo,
deshojado…
Estrellas de un cosmos, en tu cuerpo
dibujadas…

Los árboles pintan
jardines de hermosura y
dejando van sus hojas
desnudándose…
Haz de tu desnudo
escudo de mis cerradas ventanas.
Que el viento no se adentre
donde sólo los dedos son
teclas escritoras
de tu voz llamando al sexo…

Y una tecla, colgándose, quedóse
de tu pezón dormido
en una de mis teclas…

No quiero, no…
volver escribiendo
sobre el rígido pezón,
olvidado.

Queda su oscura mancha
esperando.
Sencillamente esperando
la cultura de mis dedos
sobre tus pechos,
temblando…
jm.
21.03.008 / 23:15

martes, 4 de marzo de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS...

CUANDO A TUS MUSLOS

Cuando a tus muslos me arrimo,
y tiemblan de amor tus muslos…
ese murmullo que empiezan
en su roce, y se hablan…
enordecido me tienen
tus muslos cuando se hablan…
verdes de aguamarina
en las arenas tostadas…
¿Qué dicen, dime, tus muslos
cuando tú dices que hablan,
en una lengua de tactos
que a veces tanto se alargan,
tanto y tanto y tanto, leves,
que parecen crecer en un verdor
de esmeraldas…
¿No será esa paleta de azul
y verde esmeralda
que no quiere cubrir tus muslos
pero tú sí que lo quieres
y nos castigas la estampa de tus muslos
llenos de agua?…
Muslos, piernas en arco de Hércules,
sostenidas en el agua
para sujetar dos mares
que se buscan y se aman,
allá por las dos orillas
al sur de tu piernas blancas,
como la arena canosa
que por canosa te sigue,
y dos mares que son vivos
embisten enfurecidos,
donde la Europa de Sur
te está esperando desnuda…
para que tus muslos sean
muslos que se separan…
se juntan y se separan,
pero su funden arriba
en ese arco de oro,
gruta de las esmeraldas,
y arco de triunfo en tu vientre
para que crezcas al alba
y, mañanero, un rocío,
el tuyo, que se escapa,
hasta la mar se derrame…
Peces que están ansiosos
de ese momento del alba
para sorber tu rocío
que nos sostiene flotando
en este mar silencioso
que, silenciosos, te aguarda…

He mirado tu abertura
y me enamoré del aire
que dejan libre tus muslos
cuando se abren…

jm.-

viernes, 22 de febrero de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS...

CUANDO A TU CUERPO ME ACERCO…


…me siento perdido en su aroma…
¿es el olor de tu cuerpo?
¿es el aroma del viento
cuando, soplando, te llega?
¿es lo que deja ese aire
cuando rozando tus poros
pasa, cruzando y me alcanza?
¿O acaso al tú moverte
cambia de aromas el viento,
y trae otros nuevos aires
que me acorralan,
me ciegan
estos sentidos
de aromas
que nunca antes de ti yo sintiera…
y mis sentidos se acordan
con tus sentidos de aroma?

Estoy perdido en tu mundo
que, acorralado, me cierra…
y no dejando un espacio
todo de ti todo me llena…

¿Eres la punta de un cráter,
lava que sobra y vuela,
desparramada, lujosa,
como las joyas de seda,
la que bajando tu monte
hasta mi valle me llega,
rojo encendido y río
envuelve todo mi cuerpo…
…y quema
todas mis arrogancias,
y quedan,
como laderas de seda
prendidas entre tus fuegos…
Olímpica antorcha conviertes
estos ocultos deseos
callados, bajo cadenas,
que nunca osaré decirte
por qué, prendido de ti,
me convertiste en estatua…

Atenas no tiene fuego,
se lo llevaron a Olimpia,
y las vestales sagradas
sólo tu nombre, en secreto,
se lo dijeron, riuales,
a quienes entre tus montes
pensaron que,
acercándose a tu cuerpo,
tu cuerpo, fuego de cosmos
derramándose, tu aroma, tu olor,
desparramándose esparcieran.

…Dicen que desde entonces
huelen a ti los árboles…
y las montaraces hierbas
exhalan tu íntimo aroma
nacido de entre tus pechos
cuando tus pechos los abres…
allá, cuando llega octubre
y se hacen muy cobres
las hojas, como si fuesen pezones
de tanto árbol sembrado
de tomillos
de albahaca y de hierbabuena…

Y el Cosmos se hizo rico
sorbiéndote, como yo,
en el aire…
cuando a tu cuerpo me acerco.
Y llenas de aromas
nuevos, tu aire…
donde respiro
mirándote…


21.02.008 / 23:57

jueves, 21 de febrero de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS...

SI DE MÍ RECUERDAS

Si de mí recuerdas
voz, mirada y sueño,
dedos, boca, labio y pelo
alborotado de luchas en la noche,
revuelto entre tus ramas,
acobijado a la sombra
de tus hojas: esos brazos
espesos donde a tu regazo
vuelvo
de tan largo viaje
antes de conocerte…

Si de mí recuerdas
una lágrima caída
del perdón
por haberte herido…

Si de mí recuerdas
la sonrisa abierta
de saberme absuelto
con el milagro
de tu milagrosa mirada …

Si de mí te acuerdas
¡todavía!
recelando encelada en celo puro
del no saber el dónde,
ni el cómo,
ni de quién…

Si de mí te acuerdas
con el frío,
arropada en la ropa
que templar quiere
esa helada herida
de tu amor,
expuesto al aire,
bajo el puente que
debieron construir entre
tu casa y la mía…
y nada hicieron…

Si de mí así te acuerdas…
¡es que sí me recuerdas,
todavía!

Estoy aquí, amor…
a la espera de tu puerta…
mirando, amor,
si me miras…
pues das vida con mirarme…
Yo ando entre yacijas, amor,
de abandonado estiércol
cuando, de este suelo,
miro a tu mirada
por si alguna vez acertara
yo a mirarte
si me miras…
y adormirme
en tu mirada…
Porque si tú me miraras,
amor,
volvería a nacer el mundo
en tus ojos
que me miran,
si me miraras, amor,
creando un paraíso
de amores
sólo
con que sólo tú me miraras.

Mírame a la espera de tu puerta
mirando si me miraras…
No tengo otra mirada
más que tú me mires,
amor…

jmmb.- 29.10.2005 / 23:36

“Acariciarte cerebralmente / o meterme en tu corazón y explotar / con cada uno de tus latidos. // Sembrarte como un gran árbol en mi cuerpo / y cuidar de tus hojas y tu tronco, / darte mi sangre de savia / y convertirme en tierra para vos”

“Quisiera convertirme en risa, / llena de gozo, / retozar en playas de ternuras / recién descubiertas, / pero que siempre presentí, / amarte, amarte / hasta que todo se nos olvide / y no sepamos quién es quién”.
(G.Belli.”TE VEO COMO UN TEMBLOR”,pág.49-50).





16.01.2006 / 19:36


...y ya que el tiempo corre, caballo desbocado, dejo pasar sus fracciones en el leve toque de estas teclas, como símbolos, ¿recuerdos?.... de un tic-tac de viejo reloj. Pasa el tiempo... “Tempus fugit”, dijeron mis clásicos, y lo he comprobado en una llamada de teléfono, una carta, un adjunto, un rostro rápido en el otro andén de la estación... Y con ellos todos se aprietan los recuerdos....

Es un tanto el tercer personaje de este “Poema Recién Creado”. Por cuanto evoca de un antes de esta mañana. Por todo lo que apunta de un paréntesis temporal que “fugit” él también. Y sobre todo el cierre tiene una cascada de tiempo que hace avanzar la rotación del Cosmos, mientras las finas hierbas crecen tímidas, pespuntean, se doblan, agostan luego, amarillean (como las viejas fotografía que guardamos con pudor reverencial que, como si sagrado, nos cobijan), y finalmente, tronchadas, las hierbas esas se van, emparejadas con el viento... “¡sí me recuerdas / todavía!”. Y queda colgando en resueno esperanzado, sin negar su final, mas sin avistarlo desde ese puente que “debieron construir y nada hicieron”... Colgado, que no en guiñapo, sino balanceándose en el incierto paso de danza de la Vida, el adverbio adorado que eso, vida, aún nos da: “todavía”. Tiempo, en un atrás, tiempo, en un presente evocado, llamado desde un pretérito posterior. Tiempo en un mañana “todavía”.

La voz poética, el hablante del poema, sueña ser soñado... y pespuntea minúsculas sinécdoques, parcelas, que condicionan a quien escucha los versos acumulados del arranque, y los breves apuntes de los leves estrofas rítmicas que siguen hasta el remanso (¿lo es en verdad cuando se tiene el corazón en “helada herida”?...) final que entreabierta deja la puerta y tal vez sí, por tal rendija, entrando con los recuerdos (“recordar en volver a vivir”), el aire briza el amor herido... Es esto viejo recurso en el que se recrea la voz poética despidiéndose: “frío... arropada... ropa... templar... helada... expuesto al aire... bajo el puente”...

Hace frío. Y el alma que sueña busca el cobijo aquel que un día encontrara: ese “regazo”...

Todo el poema gira en dos recuerdos que finalmente se condensan en la figura que habla en el poema, lejos de detalles (“pespuntes”, acabo de decir...). Es la persona. Y ambos dos recuerdos, así preguntados, en condicional, llevan al esperanzador verso final de esa sola palabra plena de temporalidad obstinada del presente.

Se abre con los recuerdos (pero ¿de verdad lo recuerdas, persona oyente del poema?...) que apuntan a una unión intimista. Y en su brevedad saltarina desfila toda una vida como un mural desplegable, pero con trozos de carne humana hecho:

“dedos, boca, labio y pelo alborotado de luchas en la noche” (¡qué bien se acopla la aliteración en tan breve sintagma!)... “pelo revuelto entre tus ramas..., acobijado a la sombra de tus hojas...” ¿Acaso Dafnae, convertida en laurel por Zeus ante la agresividad erotizante, desmedidamente voluptuoso, de Apolo... le ha servido al poeta para pintar en árbol a su amada, pero lejos de sicalípticas apetencias?... Por si la duda se escurriera, la explicativa lo aclara: “esos brazos espesos donde a tu regazo vuelvo”... Y todo un atrás asoma casi con descaro en esos dos finales versos: “de tan largo viaje / antes de conocerte...” Antes de pronunciar por vez primera tu casto nombre, ya tenía mucho camino andado, tropezando por doquier, hasta hallar ese castísimo refugio, seno materno que a todos nos cobija al principio de la vida pero también al final... ¡Hay tanta madre en toda Mujer! ¡si lo lleva inscrito!

¿Y eso de mí recuerdas? El poeta ha cambiado vida por palabras y salió ganando en el trueque... La vida y los azares de sus caminos se van... es la Palabra la que queda... y cada vez que la leemos todo vuelve a ser, siempre... porque “en ella todo se queda, como se quedan los lagos y las montañas y las santas almas sencillas asentadas más allá de la fe y de la desesperación, que en ellos, en los lagos y las montañas, fuera de la historia, en divina novela, se cobijaron” (Unamuno. “San Manuel Bueno, mártir”).

El segundo recorrido de “recuerdos” apunta sin dubitación a los recelos que ese preciado ser así elegido puede sentir, ha sentido... ¿o siente aún?... de otras posibles anteriores uniones que marchitan el crecimiento de este amor así surgido al caer de la tarde... Y si esta parte es más extensa es que, para el poeta, parece que adquiere mayor validez... y mayor capacidad de “recuerdo” en la otra persona...
¿Qué delito cometiese para hablar de “lágrima caída... perdón... herido”... absuelto”.
“Herido”, que más abajo reitera recordando (¿no es todo el poema una pregunta sobre el recuerdo?)... “esa helada herida / de tu amor / expuesto al aire”... ¿de quién, de qué?... Quiere decir: abierto a mirada penetrante que no queda en superficie.

Y dime, Mujer oyente-destinataria de tal poema... dime ¿Quién amenaza así tu amor? ¿Hubo, al acaso, alguien que aún (¡ay... ese “todavía”!) perdura enturbiando la limpia pureza de una entrega como ésta? Limpia. Inmaculada. ¿Y ese frío, que, “arropada en la ropa / que templar quiere esa helada herida / de tu amor, expuesta al aire,...” acaso es por la soledad del celo encelado recelando?...

Como ves, lector, lectora, se me acumulan las preguntas porque yo mismo no tengo las respuestas: tengo, eso sí ¡nadie me podrá “quitar el dolorido sentir”!, decía Garcilaso... de tanto helado sufrir... Pero tampoco podrán quitarle al poeta, a su voz, que “si de mí así te acuerdas... / ¡es que sí me recuerdas, / todavía!”.

Me descubro ante el poema. Y no por reverencia cortesana. Es que me autodescubro... callándome tu nombre, que inscrito yace en mis venas acumuladas, Mujer.

DE POEMAS Y DEMÁS...

ASÍ COMO LOS PÁJAROS

POEMA PROMESA
Así como los pájaros destilan unos trinos,
y estallan las corolas en redondas pomas de ungüentos…
así como las altas hierbas ramean en celaje
tu chorreante cuerpo rumoroso,
y ocultan las nubes celosas la lágrima brillante de la noche…
así como los troncos se trepan a las copas,
y el líquido espumoso del Olimpo escancia Ida
en tanto, de oro, vaso…

Así, racimos de uvas aplastadas,
mis dedos se escurren por tus venas
pasando esa piel de abrazada fruta ofrecida…
así repasan crepitando tu carne oscura
que en grito gozoso palidece
hasta perder memoria del color que antes tuviste…
así mis ojos,
lejanos puntos de luz que has dilatado,
faros son para orientar mi cuerpo balanceante
al firme acantilado de tus curvas
adonde iré arrastrándome en tus venas…
y a las altas redondeces que dibujan tu escultura…
y al valle rumoroso de musgo humedecido,
jugoso guardián de tu horadada abertura,
boca que es de otros labios plegados que se abren,
donde es todo grito canción andante briosso ma non troppo,
y donde palpita la primera y última palabra
que abrieron y cerrará luego mis labios…
Amor te llama.
Amor te llamas,
toda tú entera y más en tal tu boca.
Ése es tu nombre.
Por mí creado y recreado…
Lirio de Amor…
Dame tu mano y guía a tu Homero, y Belisario,
ciego yo de luz, de tu amor y hermosura encegado.

11 de julio 2003
17h.00m.-



ATREVIENDO UN COMENTARIO


Hay mucho líquido en el poema. Todo él chorrea. Espuma, zumo, humedad, sangre, fruta, ungüento, lágrima, líquido espumoso de Olimpo, uvas, jugos, boca chorreante, escanciando en vasos, dedos que se escurren… Y parece que los dedos gotean tras su goloso recorrido en repaso… Y luz, amor y hermosura cierran el verso final. Es como si la voz poética envolviera en empapado jugo Amor y Belleza… más bañado aún por hallarse encegado por esa Luz que el Tú poético destila…

Es primero el ambiente, que ya prepara. Pájaros, corolas, hierbas, troncos, copas, nubes, lágrima brillante de la noche, y licor de dioses escanciado. Y un verso anuncia el cuerpo central del Poema: “tu chorreante cuerpo rumoroso”… El juego está servido. “Los pájaros destilan trinos… las corolas estallan en pomas de ungüentos… las altas hierbas ramean tu chorreante cuerpo… ocultan las nubes la lágrima… se trepan los troncos a las “copas”… y el líquido espumoso escancia Ida en vaso de oro… Del doble sentido de la palabra “copas” se pasa suavemente al líquido escanciado…

Pájaros, corolas, hierbas, nubes, troncos, líquido espumoso… son los términos de la comparación que va a establecer con sus dedos en el central contenido del verso. Dedos que, como uvas aplastadas en el lagar, convierten en zumos sabrosos de amor las venas, la piel… fruta ofrecida que se muerde aplastando la carne de ese cuerpo de amor palidecido por la presión de tanta caricia que hace saltar el grito… Manos que palpan tan hondo que traspasan la piel amada… y su huellamordisco dejan…

Y del tacto goloso y chorreante que se escurre entre los melosos dedos que tanta delicia han producido y alcanzado ellos… pasa a la mirada que tanto abarca, buscando el deleite de las pupilas dilatadas ante tanta Belleza expuesta al ojo devorador en un camino que la pupila bien conoce, y por eso orienta su cuerpo en bamboleo… ese movimiento ondulante que no desplaza de su lugar a la persona amante, pero se balancea sobre ese mar encurvado del cuerpo amado. Ahora cobra relieve la geografía somática de ese barro que suspira: “tus curvas…tus venas…las altas redondeces…tu escultura…el valle rumoroso… musgo humedecido, jugoso…” Y luego sigue en otro emparentado apartado…

Es un recorrido que llega hasta un punto final, al que nunca puede osarse alcanzar de inmediato si antes no “se hace camino al andar”… por acantilados “de curvas”, el arrastre de ríos venosos que repasan cientos de miles de veces el más íntimo recodo del cuerpo humano, ese interior aparentemente impenetrable tan bautizado por Aleixandre: …por donde mi voz penetra hasta tus venas tibias, para rodar por ellas en tu escondida sangre, como otra sangre que sonara oscura, que dulcemente oscura te besara por dentro, recorriendo despacio como sonido puro ese cuerpo, que ahora resuena mío, mío poblado de mis voces profundas…oh resonado cuerpo de mi amor, oh poseído cuerpo, oh cuerpo sólo sonido de mi voz poseyéndole. Junto a… quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente que, regando encerrada bellos miembros extremos, siente así los hermosos límites de la vida. Este poema lo sigue como fiel discípulo: ”al firme acantilado de tus curvas adonde iré arrastrándome en tus venas…” No la recorre en su epidermis ¡tan bella y deseable! Sino en inverso sentido: llegar a esa endulzada piel repasada tanto, por amantes y poetas, alcanzarla no desde fuera con las yemas temblorosas de los dedos, sino desde el interior mismo, bogando por dentro y amasarla por esa zona impenetrable a la torpe mano inexperta de inicial amante: y, convertido en faro su mirada, contemplar lo incontemplable, desde un adentro que sólo el Poema puede lograr en ese milagro de la Poesía que supera lo real, por ser aún más real. Y desde allí alzar en su ínfima menudencia de simple amante “las altas redondeces que dibujan tu escultura”… Allí donde mana el primario alimento del ser y, nutricia ella, enmama las pomas, chorreos, lágrimas de noche, blancas de luna en la doble luna de los pechos, espumoso líquido de los dioses, escurrido de líquidos primarios, fuentes de vida y amor, por ello… Toda Amada alimenta a su Amante porque es privilegio de Ella crear al mismo como un niño que ha de ir creciendo, óvulo fecundado, amor recién iniciado, y necesita de su alimento de Amor surgido de su Maternidad generosa en su donación de ser… Alguien ya ha cantado: El Amor es como un niño al que hay que enseñar a andar…”.Ya luego, muy luego, será el Amante quien, fecundando, alimente con su espumoso líquido de vida el fruto de ese inicial Amor, que en este Poema contempla el poeta-amador.

…y ahora, sí: ¡ya sí! llega el poeta, la voz poética, al centro mismo donde se detiene, en delicioso remanso, sin recodos, ni acantilados, ni torrenteras de ríos… en “el valle rumoroso de musgo humedecido (¡otra vez el líquido, la humedad, agua, sangre, o lunas escurridas!), jugoso guardián de tu horadada abertura, boca que es de otros labios plegados que se abren, donde es todo grito, canción, andante briosso ma non troppo” …”Lirio de Amor”…

Todo ha sido el camino que desciende a lo profundo, donde mana la vida en la fusión de dos manantiales… y esa abertura palpitante, viva, es una boca abierta que canta en grito briosso cuando sus propios labios que en boca la convierten, plegados antes, se abren… y se pliegan pronunciando así, lenguaje cósmico universal de todo ser, la primera y la última Palabra al recibirla de otros labios que sobre tal boca la pronuncian, en caricia, mordisco, beso, lengua obsesiva degustando… posándose perpetuos: “Amor te llama…Amor te llamas, toda tú entera y más en tal tu boca”… Y esa otra boca de la voz poética, mientras se afana en su quehacer enardecido, va “creando y recreando”, pasando y repasando, el Nombre de los Nombres: “Lirio de Amor”… Finura exquisita que “destila trino de pájaro” hasta “estallar las corolas de esa boca en redonda poma de ungüentos”… ¡Redondez!... chorreo de cuerpo que habla, “rumoroso” con el río de las venas habitadas… “espumoso líquido de dioses”, inagotable fuente de vida… “musgo humedecido”, “jugosa entrada”… donde, ya ciego de amor, deslumbrado ante tanta maravilla, pide una mano que lo guíe por el recto camino hacia ese palacio de cristal nacarado que fuese bautizado “Lirio de amor”.
¡Es la cima de la delicia! Así se cierra el poema sobre sí mismo. Así ambos amantes se pliegan sobre sí mismos. Por el Poema se abre y se cierra recordando su inicio. Los poemas-noria no acaban nunca. Giran siempre. En el Cosmos de Amor.

jm.- 31.08.005
13:23 hrs.

martes, 19 de febrero de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS...

S E N S A C I O N E S . . .

19.02.008
(Ahora una incursión en la segunda
parte de esta Entrada: "Y DEMÁS")


LEER UN POEMA = SENTIR UN POEMA = SENTIR CON UN POEMA... Soñar... dormir, tal vez descansar, pero con los abiertos ojos de la imaginación.-


“To die, to sleep, to sleep... perchance to dream” (Hamlet. Act III).


Lees un texto, y en los bolsillos de tu recuerdo suenan monedas que se rozan. Tú no haces nada. Recibes algo que se produce por el conjuro de esa Palabra leída, que no por ti escrita. Te incita, despierta, aviva... y "decora las aguas de tu río, con hojas de un otoño enajenado" (Lorca)...

Eso son estas "SENSACIONES".

Digo "Soledades"... y me quedo silente, recogido en los pliegues de mi caminar diario. Eso siento cuando, al paso del tiempo, evoco tanta lectura acumulada.


Literatura, sí. Mas Literatura en cuanto los Poetas arrancan mi sentir y lo traduzco, balbuciente, en Palabra, como conocimiento de mi yo más íntimo y como comunicación con los demás. Para compartir.

Literatura, pues, en tanto que respuesta a un estímulo, no sé si creativa, pero sí trasunto de ese yo plasmado de vivencias y que yace adormecido “esperando la mano de nieve que sabe arrancar las notas dormidas” del arpa becqueriana...

"Del salón en el ángulo ocuro,
de su dueña tal vez olvidada..."


De cuando en cuando hay que mirar el suelo que pisamos.
Y recuperar las raíces que parecen ocultas por la hojarasca...
Pero ellas son lo nuestro... de allí de donde venimos.

Y los Poetas, a veces, nos lo recuerdan.
Es menester cavar y recuperarlos para orientarnos en la vida.

*

Te buscaré ya sin velos ni tapujos en el aire que mueve ala delgada de mirlo, o en el soplido sonoro del viento al otoño, o en la mesetaria cepa a punto de ser cortada por humana mano, que en esta dimensión encontré atrayente mientras te esperaba con la próxima piedra, como canto rodado del camino...

Hay un acto mágico al ponerse, serio, frente a la hoja en blanco. Desnudarás tu alma y tal vez encuentres otros desnudos que te comprendan. “Streap teese” frente al espejo. Que no detrás, cual Alicia que entra, que sí delante para verte, ya sabido y tanto desde años muy lejanos.

- - - - - - - - -

lunes, 18 de febrero de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS...

SI SÓLO DE TUS MUSLOS


15.02.008 / 23:05

Si sólo de tus muslos me acordara…
¿qué haría con tu vulva esclarecida,
y el velo en musgo que recubre
el jardín de mi sexo apetecido?

Podemos podarnos los jardines,
chiquitos, que nos cubren…
dejando al libre aire que lo airee.
Podemos.
Mas ¿queremos?...

Te ofrezco la fruta de serpiente adormilada
que inverna en años su bíblico sueño
de un perdido Paraíso…
mordiendo, sinuosa, una manzana,
invitando a esta Eva del siglo XXI
ese mordisco que abrió los ojos
de una casa, una alcoba, una cama
y un orgasmo, desnudo, erecto
y una vagina plena, desbodando…

Mi grito no es el silbo:
es la crecida suave de un río ancho
que mano fuese, y no viril un sexo
machista y turbo de carrera…
sí buceador flotante y marisquero…

La mano crecedora de una ansia
para,(ciego Belisario, tal vez Homero,
Borges quizá, o esa femenina pincelada
de Piero de la Francesca, pintor sin ojos… ¿ciego?),
que tantease, abstracta de luz,
sexos por adentro, o en salida,
enalteciendo,
en un altar de cama,
reprimidos deseos ancestrales
de infinitos gozos innombrables
aflorando como nuevos los perdidos Paraísos
de una Eva, sólo con escamas
de sierpe sinuosa en sus entradas.
Desnuda en su pureza, buscando
no sé qué entre mis sábanas…

jm.-

DE POEMAS Y DEMÁS...

MUSLIFICANDO

En homenaje a Gonzalo Rojas por su Poema sobre “Muslos”,
una doble gloria del Universo:
el Poema, y los Mulos reales de un cuerpo adorado.
Gracias, maestro del suculento banquete de la Vida… que hay que disfrutar en toda su Belleza:
Tú, siempre.)


DEL SENTIDO
Muslo lo que toco, muslo
y pétalo de mujer el día, muslo
lo blanco de lo traslúcido, U
y mas U, y mas y más U lo último
debajo de lo último, labio
el muslo en su latido
nupcial, y ojo
el muslo de verlo todo, y Hado,
sobre todo Hado de nacer, piedra
de no morir, muslo:
leopardo tembloroso.

(Gonzalo Rojas)


17.01.008 / 01:05

¡Aquellos muslos bellos,
curvados horizontes de una tierra
que, si fértil, por su semilla
lo fueran!

¡Aquellos que en lejanía
el sol naciente anunciaran;
en la lujuriante caída
del sol
una oscuridad pintaran!

Noche de plenilunio anunciando,
amanecer de rojo, púrpura encendida
anunciaran…

Allí, en la noche y el día,
que anuncian cada jornada,
a dormir en ellos voy,
de dormir en ellos vengo…

¡Esas barcas en que bogo, solo,
cuando es de día…
al galope en cada uno,
montando,
vengo, mi vida.

Y entre mis piernas de tronco
otro tronco abrazo, vida,
y remo con mis dos brazos
sobre tu quilla abrazado,
sintiendo que sube el agua,
y la temperatura
no baja
¡que sí se acrece, mi alma,
cuando en tus muslos cabalgo!

Mojas mi temperatura
con un fluido que emana
de entre tus muslos,
mi vida…
que se me viene
en resbalo
desde “ese tu sitio”,
secreto,
mi vida…

¡No quiero, no…
que no quiero…
que se me escapen tus muslos
cuando los monto, mi vida!…
¡Que quiero que me conduzcan
en las riberas del río
que de tu entraña naciendo
desciende, grumoso,
mi vida!…

Y en ellos, montando
a horcajadas,
voy con ellos bogando…
y entrando así en tu vida
llenándome de tus ríos
en cuya fuente bebí…
¡cielos! un día
cuando se marchaba ya el sol…
y es que el sol
entre tus muslos de oro
se escondía,
nacía,
crecía,
subía,
templaba la ruda tierra,
rocas derritiendo,
y cordilleras en punta
erizando,
su angosta sombra
de noche
con ese sol de acrecía…
brillando entre tus piernas
como un lirio
de pronto nacido,
sin anunciarse siquiera,
en la volcánica lava de tus
volcanes
brotando,
por su boca
derramando
un derroche de lujuria,
como el cosmos
cuando funde,
sin saberlo,
dos moléculas…
dos núcleos atómicos
tan fundidos
que el universo se estalla
y crece de nuevo un mundo
que tú y yo, bogando,
como lo estoy,
sobre tus muslos,
también estalla…

Lo bautizamos con nombre
de Amor en el Universo…
Paraíso sin sombra
(¡perdón, Aleixandre!)
Porque tus muslos,
mi vida,
son el Sol
que adoramos
por ser de oro su luz,
por cegar mis tristes ojos
no viendo más que tu fuego
en unas zarzas ardiendo…
No eres el Dios
que no creo…
Pero eres mi dios pleno de muslos
sagrados
donde cobijo mi amor
donde me acoges,
amor,
donde te habito,
amor,
donde contigo bogo
mi capitana
de hermosos navíos,
amor,
mis dos troncos
donde cabalgo
y cabalgo,
y sigo al galope,
y cabalgo,
amor…

¡Eso!
Y mucho más infinitos…
tus dos muslos,
amor…
¡tus dos muslos preciosos
oro puro,
carne mullida
como un dulce lamento,
mi amor,
cuando mis labios los besan
besándote así,
a ti:
Mi amor.

jm.-

martes, 29 de enero de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS...

BESO AZUL…


(Publicado en Ser Poeta.com / Publicar poemas)

Si el beso azul, aquél, que yo te diera...
azul cruzando nuestro Océano...
posándose en tus labios...
de angélica nube se vistiera,
y con el dulce blanco que tan bien se acopla
a las oscuras curvaturas de tus pliegues...
ahora lo sintieras,
apretado en el curvo lienzo de tu boca abierta...
el Amor no crecería por el beso, sino el beso se acreciera por Amor...
que es más que un beso,
aunque de beso alimentar se hiciere...

El beso aquel ¿recuerdas?
¡y tantos otros!
no fueran el bello sabor de tus salivas...
¡que sí la foto en un instante de pantalla,
del Amor que se crece desde hacia el adentro!...
Si el beso aquel...
¡oh madre!
si el beso te quedara...
mi Amor clavado - espina sacra de imágenes sagradas -
en el hondón volcánico de tu derroche
volcánico de amores,
sé que en la rojiza lava un corazón sus penas aliviara,
suavizándose en la espuma de una lengua
que siempre te buscara,
y aquel Amor,
que es ÉSTE,
en ti creciera
sin sombras
y a la luz del bello fuego
que el mío por vos desprende... s i e m p r e . -

jm.

03.09.006

DE POEMAS Y DEMÁS

DE MUSLOS…



(La reunión de los senos anuncia la juntura
de los muslos, haciéndose nalga…)

AYER…

Cuando a tus muslos me arrimo
y tiemblan de amor tus muslos…
ese murmullo que empiezan
en su roce, hablándose,
ensordecido me tienen
tus muslos cuando me hablan…


HOY…

Los verdes de agua marina
contemplan lo que tus muslos fueron…
Ahí abajo están
las curvas que yo no viere,
la mórbida suavidad
de tus preciados dones,
las formas que asomaran
bajo tus ropaje tenues.
Que como un telón sagrado
se abrían en tus andares…
Diosa de muslos breves
hoy sólo te ven los peces…

jm.

(12.08.007 / 0:36)


0H, MUSLOS QUE ASÍ OS MOSTRÁIS… ¡TAN BELLOS!


¿Qué tenéis, muslos oceánicos de Mujer, que mi atracción traéis
hasta la límpida página que ante mí se extiende?... ¿Es la perfecta línea dibujada en curvatura, estética de Arte no por humano ser inventada?... ¿Acaso su morbidez insinuada en el dibujo natural y carnoso de vuestra presencia?... Siempre he sentido vuestra llamada desde la neta oscuridad apenas iluminada por mi fantasía en desbordamiento deseado y, luego, potenciado por la finura de líneas que rompieran el recto trazado de la geometría rectilínea de un Renacimiento que el fértil Barroco desbocado rompiese en rocallas, óvalos, curvaturas “imperfectas”, mas suculentas formas de concavidades humanas, extrahumanas, antihumanas… ¡más siempre humanas en su fondo! que, por su ensimismamiento sobre sí replegado, surrealistas imágenes proyectaran sobre la inconsciente retina de unos ojos ávidos de imágenes en curvatura de dunas y recodos de ríos y suavidad de leves montañas (a veces inmensas cordilleras, luego reducidas a planicies ondulantes de odaliscas geológicas)… ¿montículos, decimos?... Secretas Cuevas de Alí Babá, aún por descubrir, que por ello mismo incitan a su búsqueda en física, carnal, presencia… o a entes productos de la férvida mente del poeta, estilizadas en místico icono que, sin dejar su sensualidad, tan necesaria e imprescindible, fabricara en los recovecos secretos y límpidamente lujuriosos, la ansiada imagen cual bella dama cortesana del XV… y con palabras en espiral, sin citar nunca el ser por su auténtico nombre, evocara la excelsa figura de tales muslos, hambrientamente imaginados y deseados y degustados…

jm.

DE POEMAS Y DEMÁS

POEMA A ROSA, LA QUE PINTABA JARDINES



MADRIGAL

Cubrir los bellos ojos
con la mano que ya me tiene muerto,
cautela fue por cierto,
que ansí doblar pensaste mis enojos.
Pero de tal cautela
harto mayor ha sido el bien que el daño,
que el resplandor extraño
del sol se puede ver mientras se cela.
Así que, aunque pensastes
cubrir vuestra beldad, única, inmensa,
yo os perdono la ofensa,
pues, cubiertos, mejor verlos dejastes.

(Gutierre de Cetina)







Si del mar, Rosa, salieras…
terrosa piel, como aceituna,
(¡que lo es… sí!)
y tu mano elevaras…
pincel tus dedos que lo fueran,
pintura de piel…
pinceles tal tú
no los hubiera…

En el Polifemo hueco de tu mano,
paleta,
ojo abierto al simple dedo…
¡ay, si desde él nos miraras!

Que no sirena, que no cardumen,
peces en manadas,
que sí visión de tanta fosa abisal,
que tú - dichosa - vieras…
y en tu gentil pincel nos lo pintaras…

Hermosa planicie de Universo
(¿acaso Venus deshojada?
del nácar que en un arriba nos dejabas,
habrás, sin tú saberlo, nacido
cuando los mares inmensos
tus, luego ocres, en baile mecieras…
y en ellos la Tierra-Siena-Ocre fuera
tu sello de cierre, a lo bajo,
y plasmado,
nos dejaras?… )

¿Adónde la mano fue y quedóse?
Te ha prendido un veneciano color
que ni es humano,
mas tu bello
Azul Ruiz Picasso Azul,
oh andaluza plena de macetas,
en tu ojo-Polifemo, gongorino de norias,
meciéndote quedóse…

¿Dónde, dime… dónde
tanto color tu aceitunada mano
arrancase?
¿Naciste entre olivares y playas,
en maridaje ayuntadas, cuando
la inmensa luna agitanada de Lorca
alumbrase, entre nubes de tiniebla,
tus gongorinos dedos,
lujosamente finos de oro anillos,
como tus ancestrales vinos de Córdoba la Vieja,
y aquéllos, tierras y mares,
deslizaran en tus creadores dedos
el perfil detenido
de tus apareadas marcas?

Rosa, Rosa, Rosa…
Sí: tienes nombre de “Jardín”;
y todo se muda - nada es inmutable -
en esplendor estallido de flores,
¡tus colores, Rosa entre las rosas…!

Búscame un visado para dormir (“muerte”…) en tu Venecia
y embarcarme entre colores del Veronés, Tiziano, Tintorero,Giorgione,
Tiépolo, Bellini y Canaleto…
Embarcaciones que tiñen de tanto azul, o siena,
como tú “robas” en tus cuadros,
trayendo aires del eterno gran Renacimiento:
“Bomarzo” (perdona la insolencia de mi cita literaria,
mas tira mucho de mí la Letra en que fui criado)
asoma cientos y cientos de páginas
que colores son
y distribución de masas acumuladas
de escrita Palabra paladeada…

¡Y es que llevas tanto mundo en tus venas
ítalo-andaluzas…
que te salen las colgadas macetas de tu tierra
sobre encalados patios, que nos velas
para adormecer los fuertes colores
de tu Córdoba, tan bella, y natal
y no tanta luz nos deslumbre!
¡Quién en ella se adurmiera!
¡“Mourir d’amour” es tan poco!
Mas ¡quién durmiera-muriera-soñando,
en mayo, entre jazmines-jardines…
¡y en Córdoba!...

jm.-

(11.05.2007 00:49 hrs.)