jueves, 11 de septiembre de 2008

DE POEMAS Y DEMÁS

MUSLIFICANDO

En homenaje a Gonzalo Rojas por su Poema sobre “Muslos”, una doble gloria del Universo: el Poema, y los Mulos reales de un cuerpo adorado. Gracias, maestro del suculento banquete de la Vida… que hay que disfrutar en toda su Belleza: Tú, siempre.)


DEL SENTIDO
Muslo lo que toco, muslo
y pétalo de mujer el día, muslo
lo blanco de lo traslúcido, U
y mas U, y mas y más U lo último
debajo de lo último, labio
el muslo en su latido
nupcial, y ojo
el muslo de verlo todo, y Hado,
sobre todo Hado de nacer, piedra
de no morir, muslo:
leopardo tembloroso.
(Gonzalo Rojas)


17.01.008 / 01:05

¡Aquellos muslos bellos,
curvados horizontes de una tierra
que, si fértil, por su semilla
lo fueran!

¡Aquellos que en lejanía
el sol naciente anunciaran;
en la lujuriante caída
del sol
una oscuridad pintaran!

Noche de plenilunio anunciando,
amanecer de rojo, púrpura encendida
anunciaran…

Allí, en la noche y el día,
que anuncian cada jornada,
a dormir en ellos voy,
de dormir en ellos vengo…

¡Esas barcas en que bogo, solo,
cuando es de día…
al galope en cada uno,
montando,
vengo, mi vida.

Y entre mis piernas de tronco
otro tronco abrazo, vida,
y remo con mis dos brazos
sobre tu quilla abrazado,
sintiendo que sube el agua,
y la temperatura
no baja
¡que sí se acrece, mi alma,
cuando en tus muslos cabalgo!

Mojas mi temperatura
con un fluido que emana
de entre tus muslos,
mi vida…
que se me viene
en resbalo
desde “ese tu sitio”,
secreto,
mi vida…

¡No quiero, no…
que no quiero…
que se me escapen tus muslos
cuando los monto, mi vida!…
¡Que quiero que me conduzcan
en las riberas del río
que de tu entraña naciendo
desciende, grumoso,
mi vida!…

Y en ellos, montando
a horcajadas,
voy con ellos bogando…
y entrando así en tu vida
llenándome de tus ríos
en cuya fuente bebí…
¡cielos! un día
cuando se marchaba ya el sol…
y es que el sol
entre tus muslos de oro
se escondía,
nacía,
crecía,
subía,
templaba la ruda tierra,
rocas derritiendo,
y cordilleras en punta
erizando,
su angosta sombra
de noche
con ese sol de acrecía…
brillando entre tus piernas
como un lirio
de pronto nacido,
sin anunciarse siquiera,
en la volcánica lava de tus
volcanes
brotando,
por su boca
derramando
un derroche de lujuria,
como el cosmos
cuando funde,
sin saberlo,
dos moléculas…
dos núcleos atómicos
tan fundidos
que el universo se estalla
y crece de nuevo un mundo
que tú y yo, bogando,
como lo estoy,
sobre tus muslos,
también estalla…

Lo bautizamos con nombre
de Amor en el Universo…
Paraíso sin sombra
(¡perdón, Aleixandre!)
Porque tus muslos,
mi vida,
son el Sol
que adoramos
por ser de oro su luz,
por cegar mis tristes ojos
no viendo más que tu fuego
en unas zarzas ardiendo…
No eres el Dios
que no creo…
Pero eres mi dios pleno de muslos
sagrados
donde cobijo mi amor
donde me acoges,
amor,
donde te habito,
amor,
donde contigo bogo
mi capitana
de hermosos navíos,
amor,
mis dos troncos
donde cabalgo
y cabalgo,
y sigo al galope,
y cabalgo,
amor…

¡Eso!
Y mucho más infinitos…
tus dos muslos,
amor…
¡tus dos muslos preciosos
oro puro,
carne mullida
como un dulce lamento,
mi amor,
cuando mis labios los besan
besándote así,
a ti:
Mi amor.

jm.-